Faros, los guardianes de la costa

Foto: Xulio Villarino

¿Quién no ha soñado alguna vez, aunque sea de refilón, con vivir en un faro? Imaginar el viento azotando en los días de temporal su recia estructura que se levanta orgullosa sobre el mar. Poder sentir la brisa marina acariciando sus ventanas e incluso ver cómo las estrellas y la luna van tomando el relevo en el firmamento en las noches cálidas de verano. Y siempre en cada momento, la luz del faro girando sobre si misma a ritmo constante como un metrónomo con su tempo firme.

Los faros parecen reunir esas características que más nos gustan pero, al mismo tiempo, que más tememos. Esa componente de soledad que nos permite encontrarnos a nosotros mismos, sentir el latido de nuestro corazón; el carácter de bravura, de que es posible de enfrentar todo lo que nos impongamos; el toque melancólico del aislamiento del mundo; e incluso el orgullo de ser único y diferente.

Y así, desde A Guarda a Ribadeo, el fotógrafo gallego Xulio Villarino ha recorrido la costa fotografiando a estos imponentes guardianes de la mar. El resultado lo ha publicado en el libro "Finisterraes, los faros de Galicia" que ya está en su segunda edición. Se trata de un viaje por la estela mágica de la luz de los faros de Galicia; una ruta inolvidable por los lugares más agrestes, inhóspitos y desconocidos de esta tierra, explica el autor. Hemos hablado con Xulio y también con Cristina Fernández, farera desde hace 40 años en Cabo Vilán que nos ha contado un proyecto personal para poner en valor los faros del que podrás obtener más información en la revista Industrias Pesqueras. ¡Suerte Cristina con esa apuesta personal!

Destello largo, ocultación corta, destello, destello corto, ocultación larga. Destello largo...

Guiños acompasados,

que muestran el camino, con certeza,

a marinos tatuados

por la brutal crudeza

de la obscura duda sin su belleza.

Cada noche mi Faro

surge sobre las rocas, y despierta,

y me obsequia el amparo

de su luz siempre alerta

cuando huye el Sol y la proa es incierta.

Marca el ritmo el hiato

en destellos que soslayan la Tierra;

son aviso inmediato

de una playa, o una sierra,

o una trampa que el mar esconde o encierra.

Celador milenario.

Rayo de vida si la muerte acecha.

Rocoso solitario

que libra de sospecha

la confianza, del marino, maltrecha.

por Balueiro

Hoy cerramos esta entrada imaginando que nos encontramos en cualquiera de esos faros perfectamente fotografiados por Xulio Villarino y con Eric Clapton acompañándonos mientras oteamos la mar. Eso sí, casi preferimos imaginarnos otro paisaje que no el que nos están brindando los fuertes vientos que estos días azotan la costa.