Una vez más, la UE se lo pone fácil al sector pesquero. En esta ocasión la bolita cayó del lado del cerco de bajura gallego. Ciento cincuenta y cinco barcos, con sus tripulaciones a bordo, se encuentran en medio de un laberinto de espejos que ocultan la salida. La solución al dilema de la supervivencia de armadores y marineros del cerco en Galicia se la han entregado en forma de sudoku imposible.
Sus manos, cortadas por la salitre, han estado ocupadas, durante décadas, con las redes, los timones, las palas de hielo, las pastecas y la estopa; el aceite del motor y la arboladura del barco. No existen los días de cuarenta y ocho horas, y en veinticuatro no hay tiempo suficiente para, además de ser marinero, convertirse en Indiana Jones y descubrir el logaritmo que permita seguir ejerciendo la noble profesión salada. Consecuencia: barcos amarrados sin la posibilidad de pescar dignamente.
La UE se lo ha puesto fácil. Los ha dirigido hacia un lugar sin retorno, a un punto donde las posibles alternativas han quedado por la popa y donde solo existe una dirección. A un punto donde la apacible calma que precede al huracán invita a recordar el temario de la escuela náutica para percatarse de que la principal asignatura para sobrevivir a la Mar no era la de Navegación, ni la de Maniobra, tampoco la de Meteorología, sino la inexistente Análisis de mercados financieros.
La UE se lo hubiese puesto fácil. Con dichosa asignatura en el temario, además de marineros, se hubieran convertido en grandes especuladores de activos de futuro. Hubiesen podido prever el mercadeo al que serían sometidos. Hubieran evitado fuertes discusiones con sus compañeros, y en muchos casos amigos vascos, porque el problema no son los vascos, ni los históricos, sino quienes dictan las leyes, que confunden con frecuencia a Santiago de Hemingway con el abuelito de Heidi . Hubiesen descifrado que el sistema de TACs que la UE impone favorece la concentración de activos y que tarde o temprano acabarán todas y cada una de las sardinas, caballas y boquerones gallegos en manos de grandes capitales (ejemplos sobran en el mundo: en Perú existen armadoras con más de cincuenta barcos anchoveteros). ¡Vaya mierda de temario!
La UE se lo ha puesto fácil: construir el "Acerga Primero". Ciento treinta metros de eslora, veinticinco de manga y ocho de puntal. Precioso. Las 3406 Tm de cuota concentradas en un solo barco. Un gran barco, con un hermano gemelo en los Países Bajos. Todos a la puta calle sin manifestaciones, sin protestas, sin marineros que monten escándalos farisaicos alrededor de una mesa de negociación. Mejor acordar con hombres de negocios e inmaculadas corbatas, que entienden de las prioridades de la política y del capital. Todo es más sencillo.
Mejor el "Acerga Primero" que los barcos calafateados de Acerga, porque evitará posicionamientos políticos funambulistas de defensa de lo artesanal y de bajura a la vez que se impone un sistema especulativo de activos propios de Wall Street. ¡Qué alivio! Mejor el "Acerga Primero", con su TAC pactado cordialmente, que un plan de gestión coherente y complejo que debe tener en cuenta el trabajo de los científicos y las necesidades de una población marinera con dolencias lumbares producidas por los garrotazos acumulados en el tiempo.
La UE lo tiene claro y fácil. Mejor el "Acerga Primero", que será el hijo soñado de los TACs y el nieto predilecto de la UE.
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