lunes, 6 de julio de 2015

Hombres de hierro en barcos de madera

Viajamos en el tiempo a Portugal para acercarnos a su “Frota Branca”, compuesta por 52 hermosos navíos de vela que pescaban bacalao en aguas de Terranova y de Groenlandia. Lo hacemos aprovechando la recalada en el puerto de Vigo de uno de estos majestuosos barcos, el “Creoula”, reconvertido en buque escuela de la marina portuguesa.

Nos acercamos a la hora de visita en el primer día de su estancia en Vigo pero por un acto protocolario no podemos acceder a bordo. Disfrutamos, en este primer día, de sus vistas desde el muelle, curioseamos su cubierta y nos fijamos en los “doris” que permanecen estibados a bordo. Así que volvemos al día siguiente para poder acceder a bordo y conocer un poco más de cerca el barco si bien no está permitido el acceso a su interior.

Os dejamos a lo largo de la entrada algunas imágenes del “Creoula” e información sobre la forma de pesca extraída del fantástico libro “Hombres de Terranova” escrito por Rosa García-Orellán y Joseba Beobide que os recomendamos leer si estáis interesados en conocer cómo era la pesca del bacalao desde 1926 hasta 2004.

La pesca de esta “Frota Branca” se realizaba con los “doris”. El “Creoula” llevaba 50 de estas unidades. Normalmente estos botes eran tripulados por un solo pescador. Los pescadores más novatos pescaban cerca de los veteranos y debían de mantener una distancia de seguridad entre los botes. Los mayores peligros en el banco de Terranova, la niebla y el mal tiempo, permanecían siempre al acecho y era habitual que en tales situaciones se produjese la pérdida de pescadores.

Cada uno de los “doris” lanzaba unas 14 liñas unidas unas a las otras y cada una de las liñas tenía entre 50 y 52 anzuelos. Los pescadores más veteranos podían lanzar hasta 20 liñas que descendían hasta los 70-80 metros.

Portugal es un país con un alto consumo de bacalao. Por entonces, según cuentan Rosa y Joseba en su libro, se ofrecía a los jóvenes librarse de la mili a cambio de realizar siete mareas en los “doris”. Era, sin duda, una estrategia para mantener el mercado abastecido.

La “Frota Branca” partía con una ceremonia oficial de Lisboa en el mes de marzo o abril y regresaba en octubre. Los “doris”, por su parte, se lanzaban al agua por babor y estribor a las cuatro de la madrugada y se distribuían de forma radial en torno al barco nodriza. Cada marinero llevaba su garrafa de café y pan para cubrir las necesidades de ese día y comían de manera formal al atardecer, cuando regresaban de nuevo al buque donde, además, cada marinero tenía que procesar sus capturas.

En la hemeroteca de la revista Industrias Pesqueras encontramos alguna curiosidad más sobre la pesca de bacalao con doris de 1927. Nos cuenta la publicación que "el primer bacalao pescado da lugar a una pequeña ceremonia tradicional: el capitán lo da a besar al más joven de los mozos para atraer fortuna a la pesca". 

De Industrias Pesqueras son también las imágenes que mostramos a continuación:
Elaboración del pescado a bordo. Foto: Industrias Pesqueras
Ceremonia del beso al primer bacalao. Foto: Industrias Pesqueras
Doris faenando con un buque nodriza de fondo

Desde luego, el recuerdo de una época de hombres de hierro en barcos de madera. 

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