viernes, 16 de enero de 2015

Los barcos florero y la Fontana de Trevi

Foto: Faro deVigo
Los seguidores de este blog ya conocéis nuestra opinión sobre la ubicación del buque que debería ser considerado patrimonio marítimo, el Bernardo Alfageme, en una rotonda de Vigo. Los vigueses sois conocedores de las manifestaciones que se han realizado en protesta por la colocación de este barco en la ubicación elegida. Y nosotros no hemos podido evitar mostrar el hecho de que los barcos floreros están por todas partes de la geografía española. España, tierra de "chanquetes" -los hemos bautizado así en honor al famoso barco de la serie Verano Azul- plantados en tierra a falta de encontrarles un fin más loable en la mar. Aquí os dejamos algunos ejemplos para que analicéis el resultado final y eso considerando que la eslora de la mayoría de los barcos que aquí se muestran es menor que la del Bernardo Alfageme.
La Dorada 1 - réplica del barco de Chanquete
Ribadesella - Asturias
Matalascañas - Huelva
Puerto de Santa María
Santa Cruz de Tenerife

Pero en Vigo, la ubicación del Bernardo Alfageme en la rotonda de Coia sigue dando mucho de que hablar, sobre todo al alcade de la ciudad, Abel Caballero, que estos días en la prensa ha comparado la futura rotonda del Bernardo Alfageme con la Fontana de Trevi. No podemos imaginar el origen de la conexión neuronal que ha derivado en esa línea de pensamiento. ¿Será por el reciente fallecimiento, el pasado 11 de enero, de Anita Ekberg, musa de Fellini que en la película Dolce Vita se bañó en las aguas de la Fontana?



¿Será quizá porque la figura central de la Fontana es el dios Neptuno, dios del océano en la mitología romana que a lomos de sus blancos caballos y armado con un tridente, agita las aguas? De ser así casi preferíamos una recreación de Neptuno en el medio de la rotonda.

La Fontana de Trevi tiene 20 metros de ancho por 26 de alto y el Bernardo Alfageme, 27 metros de eslora... ¡Menos mal! Si al alcalde de Vigo se le hubiese ocurrido compararlo con el Acueducto de Segovia quizá nos hubiese plantado los 76 metros del Argos Galicia, anteriormente Estai y símbolo de la guerra del fletán con Canadá en los años 90. O con la Torre Eiffel, ¿nos deleitaría con los 146 metros del Galicia apoyados sobre la popa en posición vertical mostrándonos las esbeltas curvas desnudas de varengas, cuadernas y baos  y con la roda de proa intentando conquistar el cielo de Vigo?

Desde luego, el barco, el alcalde y la rotonda son objeto de escritos irónicos, memes e incluso de un concurso sobre diseño de rotondas. ¿Quién da más? A nosotros sólo se nos ocurre escribir microcuentos con el Bernardo Alfageme y su nueva ubicación.

Carliños desesperaba por subir. Tiraba de su abuelo; clavado sobre su bastón en medio de la pasarela justo entre el muelle y la cubierta del Bernardo Alfageme; hipnotizado con el reflejo del Sol de Bouzas en un portillo, que le hablaba de un joven musculoso con un tatuaje en el brazo izquierdo, "Siempre contigo", a punto de partir.

-Abuelo, abuelo. ¡Abuelo, por favor! Solo es un florero oxidado en medio de una avenida.


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