lunes, 24 de noviembre de 2014

El comercio marítimo de Galicia. 1525 - 1640, Juan Juega Puig


Como ya sabréis los que habitualmente navegáis con nosotros a bordo de esta pequeña dorna construida con palabras, que bailan con las olas, nos gusta acercarnos y desembarcar en las solitarias islas marineras que, en medio del inmenso océano literario, aparecen por nuestra proa.

Juan Juega Puig nos llamó desde la orilla, desde la misma portada, para invitarnos a un riguroso viaje en el tiempo que nos trasladó a la frontera entre la edad media y la edad moderna en las costas gallegas a bordo de una tesis doctoral intensa que no solo nos aporta datos perfectamente documentados fruto de una larga y brillante investigación, sino que consigue transmitirnos el olor de la sardina arencada, el áspero tacto del congrio seco y la desesperación de un pueblo ante los abusos codiciosos personificados en el Conde Duque de Olivares y el arzobispado compostelano.

El Comercio Marítimo de Galicia. 1525-1640 nos regala, a los amantes de la mar, seis de los once capítulos de la tesis. En ellos, además de reencontrarnos con nuestros orígenes, y quizás, ¿por qué no?, con alguno de nuestros antepasados, nos ofrece la luz a preguntas a las que jamás habíamos encontrado respuesta.

Es un viaje que comienza asociado a la Revolución de la sal de 1380, dada la dependencia de este conservante a la que estaba sometida la pesca de la sardina con cerco. Juan Juega Puig nos lo muestra de forma explícita. Aquí recogeremos, a modo de perlas, dos testimonios documentados que lo certifican. El primero, de un vecino de Vilagarcía fechado en 1601, donde constata el aporte de valor añadido de la sardina arencada "Habiendo sal se vendería el millar de sardina a más de un ducado (11 reales) , faltando a 1,5 reales. Algún privilegiado que tenía sal puso a la venta el milleiro a 9 y a 10 reales". El segundo, fechado en 1622 por el administrador Diego de Orduña, nos pone de manifiesto la ruina que supone la falta de sal: "en todos estos puertos hay cercos de sardina y han entrado ya a la mar y la pesca sin sal es perdición para todo".

Para los que sientan interés en continuar este fantástico viaje por los trasmallos de pescada en 1497, por los gremios de mareantes, por las ventas de fresco en el Berbés, por los diezmos a las autoridades eclesiásticas que fueron capitales en el retraso de la entrada de Galicia en la edad moderna, la mejor opción será disponer del libro y a través de sus páginas, como en una máquina del tiempo, navegar con nuestros antepasados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario