viernes, 17 de octubre de 2014

Abandonados: apagón en el tercer mundo y altamar

foto: diocesisdezamora.blogspot.com.es
Hace tan solo unos días se ha materializado el bochornoso silencio en la onda corta desde los estudios de Radio Exterior de España (RNE). A miles de marinos, a voluntarios desperdigados por todo el tercer mundo, a otros tantos millares de misioneros y médicos que en estos momentos se enfrentan, arriesgando sus vidas, a la asesina epidemia del ébola en las aldeas más recónditas de África se les ha privado del único vínculo que a diario les permitía sentirse cerca de nuestra tierra, de nosotros: unas simples ondas de radio públicas.


Imagen Stefan Kühn
Este Gobierno parece no tener límite. Nos fustiga sin la menor compasión en cada una de las decisiones que toma cebándose, con asquerosa frecuencia,  en los segmentos más débiles de nuestra maltrecha sociedad. ¿Cómo se atreven, después de décadas de emisión,  a dejar totalmente incomunicadas a las gentes de la Mar, a los misioneros, a los voluntarios y a los médicos que solamente a través de la onda corta, con un sencillo equipo de radio, disfrutaban de la posibilidad de escuchar las noticias, el devenir de sus equipos de fútbol por la liga  o el tiempo existente en su añorada tierra? ¿Qué sentido tiene seguir con las emisiones de Radio Exterior de España a través de la TDT e internet si su mayor audiencia no dispone de esos medios en los lejanos lugares donde se desenvuelve su entregada vida? ¿O es que la completa ineptitud de nuestros mediocres gobernantes les hace pensar que en las chozas de las aldeas de Liberia o en el camarote de un barco los ciudadanos sobre los que cae esta cruel decisión disponen de fibra óptica? 

Imagen mediaccion.net
Han hecho OFF en la onda corta de RNE y los burócratas responsables de tal despreciable decisión no merecen más que el repudio de una sociedad harta de su insensibilidad. Han terminado de aislar a centenares de miles de ciudadanos de nuestro país que tirados por el mundo se ven ahora sometidos al mayor de los castigos: la Incomunicación.

Lo único que se nos ocurre desde este humilde espacio de libertad es que entre todos los que amamos a la Mar y a sus gentes, los que consideramos héroes a los voluntarios, médicos y misioneros que entregan sus vidas a los más desfavorecidos, creemos una plataforma de protesta donde poder alzar nuestro grito y luchar por revertir esta obscura y rastrera decisión. Ellos lo merecen.


No hay comentarios:

Publicar un comentario