viernes, 12 de septiembre de 2014

Agua espumosa

Agua espumosa que maja el cristal
de la frágil vasija ya tumbada,
que sucumbe, ante el hiriente calor
engendrado en sus oscuras entrañas,
donde reina el fuego; ¡tal descontrol!.

Sobre el suelo, se rompe mientras rueda,
sin opción de nuevo, a ser templada
por la mano que intenta restaurar
laboriosa, con frescura, las grietas,
a pesar de tener la piel quemada.

¡Ay!, agua hirviente, tú que eras la dueña,
¿qué harás ahora que ya estás derramada?,
se te ha ido el calor, te absorbe la tierra y,
mientras una mano te dice: adiós….,
sobre un fragmento, solo queda una lágrima
como manifiesto de tu recuerdo.
 
por Balueiro

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