lunes, 7 de julio de 2014

Vender salud: cuando los ingredientes son lo de menos

Curioseando el Tumblr de Miguel Flavian, esa red social de nombre impronunciable en la que se publican fotos comentadas, nos hemos sumergido en el fantástico universo de los supermercados en el Reino Unido. Foto a foto y comentario tras comentario del autor, vemos como cada vez más, los productos se venden por sus cualidades saludables. De hecho, encontramos imágenes como la que abre esta entrada en la que los ingredientes no importan ya que sólo se considera su efecto en nuestra salud.

Así que extrapolamos a nuestro mundo, el del pescado y así podríamos comenzar a cambiar algunas técnicas de venta:

Para mejorar su cerebro:


Para incrementar la capacidad cognitiva de su futuro bebé:



Para mejorar su salud cardiovascular:


Para disfrutar de su paladar:


Quizá así consigamos que el consumidor deje de demandar siempre lo mismo, que se incremente el consumo de pescado en los segmentos de mercado que a lo largo de los años nos dicen que se posicionan como imposibles (jóvenes y hogares con hijos) y que se asimile el pescado a un estilo de vida saludable e inteligente. Y, en este punto, quizá comencemos a desterrar esa imagen de pescado y salud limitada a la rodaja insulsa de merluza cocida y nada más, que nos recetaban hace años los médicos para todo.

-Avoa, non tomaches nin o leite con Omega 3, nin as pastillas de calcio que che trouxen.

-Non. Vas onde a Tía Antonia e traime leite que é leite. Ademáis do calcio ten moi boa nata que da para facer ese queique que tanto che gosta. Despois vas a plaza, onde a Matilde, e cómpraslle un xurelo. Polo que vin na tele ese Omegha 3 non é mais que o aceitiño que pinga no pan e estache mellor no pan que no raio dese leite que non é leite. 

-Cada cousa quer o que seu é, meu neto.

Os invitamos a navegar un rato por las imágenes del Tumblr de Miguel Flavian y cómo nos descubre las presentaciones de los productos haciendo click aqui.

Y como el pescado es un clásico en nuestros menús, hoy nos despedimos con otro clásico:

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