domingo, 8 de junio de 2014

Oyendo el temporal en mi interior: oyendo el Mar

Es tiempo de lluvia y de oleaje en nuestra tierra gallega: no ha llegado, todavía, el cuarenta de mayo; es treinta y nueve de mayo, Día Mundial de los Océanos. Es tiempo de twiter y de whattsapp (los SMS ya navegan por la red como los escarabajos por la carretera) donde el enunciado corto, en retumbantes comunicaciones, es lo que impera. La vida efímera de la noticia construye nuestra realidad a golpe de titulares, en un monótono  y continuo mensaje vacío de contenido. Nos encasilla, privándonos de toda libertad de pensamiento y acción, sobre unos cimientos de lenguajes falsos forjados en la terrible lógica de la parcialidad  que nos esclaviza e impide romper los muros de nuestra ceguera y egoísmo sectarios que solamente aportan soluciones incompletas a los problemas que amenazan la vida de la Mar y de los marineros.

El andamiaje social parece estar construido por piezas perfectamente estancas que encuentran en su fricción constante la solidez de la estructura, donde no es posible ni el movimiento ni el cambio de posición que teóricamente se ha asignado cada una de ellas. La reflexión conjunta, la empatia, la flexibilidad y el análisis profundo de los problemas sin atender a titulares grandilocuentes de rechazo (caracterizados por su superficialidad e intereses momentáneos) no encuentran su espacio, creo, más que en la libertad del interior de cada uno de nosotros, de los que formamos este diabólico andamio y que amamos profundamente a la Mar. Pescadores, ecologistas, políticos, periodistas, ciudadanos comprometidos con el medio ambiente, ciudadanos comprometidos con lo social, activistas, sindicalistas son meras coordenadas únicamente útiles para la construcción de un tejido oportunista que solo atiende a los latidos del presente pero que nos desposeen de nuestra condición humana, cosificándonos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario