¿Hasta dónde podéis viajar con la imaginación cuando a un barco se refiere? Esta pregunta nos la hemos hecho nosotros y podemos asegurar que nuestra imaginación no ha llegado a donde lo ha hecho el proyecto SeaOrbite.
Se trata de un buque de investigación oceánica que dispondrá de laboratorios, talleres, habitaciones y una terraza a presión para apoyar buceadores y submarinos. Pero lo que nos llama la atención es que ha sido diseñado de manera vertical. El SeaOrbiter es un proyecto de la organización del «laboratorio oceanográfico flotante» dirigido por el arquitecto francés Jacques Rougerie, el oceanógrafo Jacques Piccard y el astronauta Jean-Loup Chrétien. La construcción del laboratorio oceanográfico comenzó en 2011 y se estima que el costo sea alrededor de 52,7 millones de dólares.
Sabemos menos del mar que de la cara oculta de la Luna pero desde luego la imagen del SeaOrbiter nos recuerda más el espacio que el profundo océano. La imagen del buque impacta, realmente. Parece que nos encontremos ante algo tan futurista que ni imaginado por Julio Verne. Con un peso de 1.000 toneladas, el buque tiene una altura de 58 metros y de ellos 31 metros permanecen debajo del nivel del mar. Diseñado para flotar en posición vertical y avanzar a la deriva de las corrientes oceánicas pero cuenta con dos pequeñas hélices que también le permiten dirigir la maniobra. El caso es una aleación de aluminio y magnesio cinco veces más resistente que la de un buque convencional.
Vamos con su organización funcional que podeis ver en este link. En la parte superior del buque, a unos 13 metros de altura, el buque está equipado con ocho antenas, una grúa y un mirador con una vista de 360 °. En la siguiente altura, a unos 6 metros de altura, una primera plataforma donde está ubicada la sala de máquinas y el centro de buceo así como una cámara de descompresión. Entre el nivel del mar y los 3 metros se incluye la navegación de la embarcación y el control de radio de la zona presurizada, viajes de buceo, el robot y el almacenamiento de reservas.
Ya hacia abajo, o sea por debajo del nivel del mar, los camarotes y laboratorios así como las zonas de ocio y esparcimiento, comedores, zonas de descompresión, acceso al mar y por debajo de la plataforma una quilla de 450 toneladas. Se libera fácilmente en caso de problema y es retráctil para facilitar el cruce de los bancos o canales.
No nos vamos a extender más en la descripción del barco vertical. Eso sí, os aconsejamos que entréis en la página web del proyecto y naveguéis con la mente abierta por la descripción de este barco. Como dice el promotor del proyecto Jacques Rougerie, "es del océano de donde nacerá el destino de las próximas generaciones" y quizá este barco sea el primer paso de ese futuro no escrito. Os dejamos navegando con una recomendación musical de nuestro amigo Emilio:
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