domingo, 6 de diciembre de 2015

Emilio Barrenetxea: Antología del Mar en la Literatura

Subimos a bordo desde la primera página, desde el primer lema. Antología del mar en la literatura nos impregna de sal tan pronto como soltamos cabos. Lo tomamos en las manos y la hermosa tapa del libro nos muestra, antes de zarpar, que navegaremos por la cultura marinera, sobre un mar de literatura. Una curva garcesiana, que es la proa, y cuatro lineas, que son cuatro mástiles, nos introducen de lleno en el temporal y nos invitan a abrir el mar para encontrarnos con el lema que abre la singladura: "A la capa". 

Emilio Barrenetxea capitanea esta nave con la maestría de quien conoce y ama profundamente el medio salado. Su derrotero nos guía con acierto por un mar de lecturas que le han permitido trazar el rumbo adecuado. Ha conseguido, con su experta mano sobre el timón, que Antología del mar en la literatura sea una obra bella por los términos, bella por la forma, bella por la sonoridad de sus palabras, bella porque rescata del pasado términos en desuso.


Es una obra laboriosa que nos vale para disfrutar de su lectura y para utilizar como libro de consulta porque la Mar, como todo en el mundo actual, se especializa hasta niveles en los que, también, la terminología alejada de nuestro quehacer cotidiano se refugia en el fondo de la memoria, donde el polvo la oculta, donde el polvo la cubre  impidiéndonos ver con claridad todo aquello que recordamos que sabíamos, pero que hemos olvidado. Emilio lo sopla, lo desempolva y nos permite navegar por su mar de literatura sin riesgo de encallar. Lo consigue con referencias literarias que funcionan como faros en la demora hacia la comprensión de cada término.


   
Tomar por avante   Dar el viento a proa de las velas y caer el buque de la otra vuelta por ir en exceso orzado, bien por descuido, bien por falta súbita del viento 
         "Martes 14 de agosto (1770). Viento duro y constante del SE. A las dos exactamente nos  situamos a barlovento de uno de los canales del arrecife exterior que yo había avistado desde la isla; tomamos por avante e hicimos una breve excursión hacia el SW, mientras el capitán, en la pinaza, reconocía el canal.EDICIÓN DE A. GRENFELL PRICE. Los viajes del Capitán Cook, Ediciones del Serbal, 1985.

La travesía no pretende ser (como el propio autor nos indica) un diccionario exhaustivo sobre la terminología marinera, ni introducirse en el santoral académico. Pretende ser la luz o la bocina del faro ante la oscuridad o la niebla cuando se navegue por ese mar que es la literatura cuando la literatura habla de la Mar. Destacan las referencias bibliográficas que apoyan cada definición, rescatadas de crónicas de los viajes del Capitán Cook, de relatos de piratas españoles, de los viajes de Américo Vespucio, etc.

Desde Corazones de Sal nos congratulamos y agradecemos a Emilio Barrenetxea la botadura de este navío, porque pocas cosas nos alegran más que ver a la Mar de la mano de la cultura, de las letras. Agradecemos que nos haya permitido subir a bordo con la publicación de este libro; que nos haya hecho soñar, de nuevo, con piratas, exploradores y navegantes sin temor a encallar en un arreate o a que un embicazo nos arroje al mar mientras nos deleitamos con la visión del mar desde el trinquete. También, por habernos arrancado una sonrisa al comprobar que el gallego Capetón (descendiente de Cape Town) no está solo en el mundo y tiene una hermana mayor de orígenes anglosajones: Pailebote (descendiente de Pilot boat).




2 comentarios:

  1. Muchas gracias, Nieves y Joaquín, por tan hermoso comentario. Espero que podamos vernos aquí en A Guarda para charlar un poco alrededor de una botella del Rosal.
    Un abrazo.

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  2. Hola Emilio. Cuando lo desees. Acabo de llegar de la mar.
    Un abrazo para ti y para Lara

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