Emilio Barrenetxea capitanea esta nave con la maestría de quien conoce y ama profundamente el medio salado. Su derrotero nos guía con acierto por un mar de lecturas que le han permitido trazar el rumbo adecuado. Ha conseguido, con su experta mano sobre el timón, que Antología del mar en la literatura sea una obra bella por los términos, bella por la forma, bella por la sonoridad de sus palabras, bella porque rescata del pasado términos en desuso.
Es una obra laboriosa que nos vale para disfrutar de su lectura y para utilizar como libro de consulta porque la Mar, como todo en el mundo actual, se especializa hasta niveles en los que, también, la terminología alejada de nuestro quehacer cotidiano se refugia en el fondo de la memoria, donde el polvo la oculta, donde el polvo la cubre impidiéndonos ver con claridad todo aquello que recordamos que sabíamos, pero que hemos olvidado. Emilio lo sopla, lo desempolva y nos permite navegar por su mar de literatura sin riesgo de encallar. Lo consigue con referencias literarias que funcionan como faros en la demora hacia la comprensión de cada término.
Tomar por avante Dar el viento a proa de las velas y caer el buque de la otra vuelta por ir en exceso orzado, bien por descuido, bien por falta súbita del viento
"Martes 14 de agosto (1770). Viento duro y constante del SE. A las dos exactamente nos situamos a barlovento de uno de los canales del arrecife exterior que yo había avistado desde la isla; tomamos por avante e hicimos una breve excursión hacia el SW, mientras el capitán, en la pinaza, reconocía el canal.EDICIÓN DE A. GRENFELL PRICE. Los viajes del Capitán Cook, Ediciones del Serbal, 1985.
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Desde Corazones de Sal nos congratulamos y agradecemos a Emilio Barrenetxea la botadura de este navío, porque pocas cosas nos alegran más que ver a la Mar de la mano de la cultura, de las letras. Agradecemos que nos haya permitido subir a bordo con la publicación de este libro; que nos haya hecho soñar, de nuevo, con piratas, exploradores y navegantes sin temor a encallar en un arreate o a que un embicazo nos arroje al mar mientras nos deleitamos con la visión del mar desde el trinquete. También, por habernos arrancado una sonrisa al comprobar que el gallego Capetón (descendiente de Cape Town) no está solo en el mundo y tiene una hermana mayor de orígenes anglosajones: Pailebote (descendiente de Pilot boat).
Muchas gracias, Nieves y Joaquín, por tan hermoso comentario. Espero que podamos vernos aquí en A Guarda para charlar un poco alrededor de una botella del Rosal.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Emilio. Cuando lo desees. Acabo de llegar de la mar.
ResponderEliminarUn abrazo para ti y para Lara