miércoles, 5 de agosto de 2015

Piratería en el Diario Electrónico de a bordo (DEA)

En el Museo del Mar de Galicia, en Vigo, se pueden observas las anotaciones de un capitán de pesca. Las hojas, amarillas por el paso del tiempo, muestran con letra cuidada y dibujos minuciosos al detalle, las zonas de pesca de este capitán y sus secretos aprendidos a lo largo de su experiencia. Eran datos por los que se reconocía al buen pescador, al que buscaba el pescado más preciado. Datos que podía compartir o no con sus colegas de profesión o con la casa armadora puesto que esos conocimientos, ese olfato para encontrar el pescado, era su pasaporte y garantía de futuro.

Los patrones y capitanes de los barcos de pesca se juntaban con aquellos que sabían que tenían buen olfato y así se cubrían las espaldas unos a otros en el medio de la tempestad. Y si el olfato no funcionaba, y había un capote, el capote era para todos. La solidaridad en la mar siempre ha sido para lo bueno como para lo malo. Ahora nos preguntamos si las nuevas tecnologías también han cambiado esta gran virtud de los pescadores.

Es vox populi en altamar que algunos armadores disponen de una APP que consigue abrir, a través de la red, el Diario Electrónico de a bordo (DEA) de cualquier barco descodificando la clave de acceso.  Desde cualquier bar, mientras se mezclan las fichas de dominó, se pueden robar los datos de pesca de un patrón que se está jugando su puesto de trabajo con decisiones arriesgadas en medio del Océano. Tranquilidad. Su barco podrá permanecer  a sombra de “Cabo Culo”, sin correr riesgos, hasta que la información de la alcoba adyacente le sea transmitida antes del recuento de la partida.

Nos han exigido desde las administraciones  garantías de pesca responsable, nos han impuesto medidas de control férreas, como el susodicho DEA, con el fin de evitar el fraude, han invertido millones de euros en un complejo sistema de comunicaciones que convertiría a nuestra flota en el ejemplo del mundo mundial, y nos encontramos con que cualquiera, sin ser Sky, es capaz de violar la privacidad de unos datos que es de obligado cumplimiento enviarlos a diario a las autoridades españolas. Spain is diferent.

¿Qué garantías nos dan a los que navegamos los que nos vigilan? ¿Cómo es posible que alguien esté robando información privada que solo debe manejar la Administración sin que se detecte el agravio? Las comunicaciones diarias de pesca entre un barco y la administración son confidenciales.

Con el fin adaptar nuestro cerebro de escamas al manejo de tan sofisticado sistema montaron cursos donde nos mostraban las excelencias y dificultades de DEA. Trataban, también,  de que nuestras manos, diseñadas más para el “as de guía” y la “vuelta de escota” que para los teclados, entraran de lleno en el siglo XXI. ¡Ohhh!

Al final ni cursos, ni sofisticaciones, ni códigos, ni gaitas. Quien debería velar por la privacidad de los datos que obliga a enviar parece no enterarse de la fiesta. Lo que era el no va más de la programación informática segura ofrece menos garantías que un simple “cote”. Eso sí, seguiremos recibiendo lecciones de control y trato de delincuentes por tragar agua salada. Al tiempo, con una APP, ¿se dice APP?,  y un móvil barato, antes de terminar el subastado del café, alguien habrá entrado en la web del DEA para robar los datos de capturas de un sufrido pescador.

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