domingo, 30 de octubre de 2016

Canallada: Coeficiente reductor Knock Out.

Imagen: monografías.com
Incomprensible.

Incapaces, indecentes, inhumanos, impresentables.

Insulto es la categoría de las intenciones de quienes pretenden, y posiblemente consigan, el castigo de mantener a la gente de mar en la pesca a bordo de los barcos hasta que la estructura ósea no soporte el cuerpo. En los confines del mundo, lejos de las familias.

Ya no hablaremos de perder la infancia de los hijos (que va en el paquete), hablaremos de perder la de los nietos. La baba de los abuelos salitrosos paseando a las criaturas será cosa del pasado. El efecto reparador de vivir la sonrisa de los nietos que atenúa, todavía hoy, el dolor de la infancia contada de los hijos será pasado.

Con la argucia de los trileros, cabezas pensantes del Gobierno, tratan de inventar leyes (las inventarán sin ninguna duda) que extingan el único derecho que dignificaba el final de la existencia de cualquier marinero dedicado a la pesca de altura (ya es un hecho en el palangre). ¿Hasta cuándo nos quieren en la Mar?

Les es indiferente que cada uno de los casos de reclamación particular se gane en los tribunales. Les es indiferente que la Ley sea clara y meridiana desde su introducción "...así como en aquellas otras cuya realización implique una continua separación familiar y alejamiento del hogar"  (REAL DECRETO 1311/2007 de 5 de octubre). Les es indiferente que desde la Ley 116/1969 se respetara, en cada una de sus modificaciones, el derecho a vivir con la familia, al menos un tiempo, antes de la visita del Alzheimer o de la necesidad del Dodotis gigante, tras 35 años de cotización a la SSocial. Cabe pensar que para ellos las islas Bermudas, la isla de Santa Elena, Mauricio, Trinidad, Seichelles, Polinesia, Nueva Zelanda, Fiyi, Madagascar, Pascua o Galápagos se hayan mudado de HOGAR y sean hoy vecinas de las Islas Cíes. Que periodos continuos de meses durante décadas no sea separación o que 1000, 2000 y 5000 millas del HOGAR  no sea lejos...quién sabe.

Estrecho de Magallanes: Cerca, según nueva intrepretación del 1311/2007
¿Por qué motivo vamos a respetar el derecho y la Ley para esta pandilla de matados que viven toda su vida lejos y ni siquiera son considerados emigrantes, ni pueden votar, ni se salvan si tienen un accidente grave en medio de la nada, ni se enteran de lo que pasa en el país, y atentan contra el presupuesto? Las cuentas no cuadran. "A morir con las botas puestas". Literalidad.

Se saltarán la Ley hasta que inventen otra que se adapte a SUS presupuestos sin importarle absolutamente nada que en la cabecera de los catres se junten fotografías de cuatro generaciones de seres queridos.

Por mi parte, señores, se pueden ir..., ya saben a donde, con el mayor de los desprecios por tamaña fechoría. Entristece sentir como se desmorona cada valor, cada derecho, cada avance en lo que nos atrevimos a denominar Estado del bienestar. Nos sentíamos orgullosos de aportar un grano de arena a ese sueño del que ustedes ahora nos excluyen. Sepan que será el bienestar de algunos que se pasan  la vida disfrutando a la sopa boba de los que trabajamos. Algunos con 40 años en alta mar sin poder jubilarse. ¿Les suena aquello de la plebe que hacía funcionar el sistema? ¿Desconocen que a cierta edad en alta mar se caen las pelotas y se desgarra el corazón? ¿Qué pretenden: del catre al nicho?

Ahora nos cuentan que dependemos de un Reglamento Comunitario que está por salir. Un Reglamento Adoc para jodernos; presupongo. Perdonen mi analfabetismo legal, pero me dicen que la UE carece de competencias en materia social ¡Aunque ya se las arreglarán!

Son una calaña que ignora el dolor que produce la ausencia durante meses, años, en el temporal, en la supervivencia en un medio hostil. Que ignoran el dolor que punza con el llanto del niño, otra vez (ahora no es hijo, es nieto), por no comprender la causa de la despedida en el muelle.

Señores, no tendremos derecho al parque, al desvelo de un biberón, a una fiebre de la que la Mar nos privó con nuestros hijos y ahora de nuevo con los nietos. Por cierto, no se preocupen de las parejas, ya tenemos callo. Nuestra capacidad de sufrimiento va más allá de sus habilidades a la hora de infligir dolor. Son muchos años separados. Bueno, nos parecían; aunque según su criterio todavía no suficientes. Quizás tengan razón, ¿para qué gastar dinero del presupuesto en el privilegio de envejecer juntos cuando ni siquiera se han conocido?

GRACIAS.





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