lunes, 12 de mayo de 2014

La música del mar

Corazones de Sal lleva casi seis meses en activo y en este tiempo hemos querido plasmar no sólo la importancia de la mar, de la pesca y del océano en la vida económica, social y cultural de las poblaciones sino también la misma relevancia que la música tiene. Pero si hay un lugar en el que la música se une con el mar ese es Zadar, localidad de Croacia donde se encuentra uno de los órganos que suenan por la acción del mar.

Es la Mar quien genera, sin necesidad de partituras ni de atenerse a las instrucciones de un director de orquesta, los sonidos. Construido sobre una escalinata de piedra blanca, el órgano mide 75 m de largo, tiene 35 tubos separados cada 1,5 m y es el movimiento de las olas quien impulsa el aire en su interior. Dependiendo de la velocidad, tamaño y fuerza de las olas, varía el sonido que emana del interior del órgano, dicen que algunas veces hasta similar al sonido que emiten las ballenas para su apareamiento.

Los vaivenes del mar hacen que los tubos de plástico sumergidos en el agua, expulsen y aspiren aire. Debajo del primer escalón se ubican las aberturas por donde se crea el sonido. Los 7 grupos sucesivos de tubos se templan alternativamente a dos acordes de la escala principal diatónica y al sentarte en la escalinata podrás escuchar el sonido procedente de 5 a 7 tubos. La obra fue ideada en el año 2005 por el arquitecto Nikola Basic y ganó el premio europeo de Espacio Público Urbano.

Pero no es el único órgano del mar. En San Francisco, en los años 80, el escultor de piedra Jorge González hizo realidad la idea concebida por Peter Richards a partir de los materiales de un antiguo cementerio demolido. Este órgano consta de 25 tubos de policloruro de vinilo. Y en en Blackpool, Reino Unido, en 2002 se construyó una estructura de hormigón, acero, zinc y cobre, en forma de tentáculo de pulpo, de 15 metros de altura, diseñado por Liam Curtin y John Gooding, con 8 tubos.

Según hemos podido leer, los órganos de agua ya aparecen en numerosos escritos de Ctesibio (III siglo a.C.), Filón de Bizancio (III siglo a.C.) y Herón de Alejandría (c. 62 d. C.). Árabes y bizantinos también desarrollaron un órgano autómatico de agua que en la época del Renacimiento eran instalados en jardines, grutas, y salones de palacios y mansiones.

Aquí os dejamos un vídeo del funcionamiento de Hydraulis:


Y otro del órgano del mar de Zadar, un buen lugar para perderse mirando el mar:



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