El invento, desarrollado en el proyecto WasterShark, y dirigido por Richard Hardiman. El inventor explica que "comencé a explorar a dónde va esta basura: giros oceánicos (corrientes circulares)" y desarrolló el dron acuático que puede recolectar basura en puertos antes de que llegue a mar abierto.
Los desechos se recolectan en una canasta y posteriormente son vaciados, clasificados y reciclados. El diseño se basa en un tiburón ballena, el pez más grande conocido del océano. Se alimenta con baterías eléctricas recargables, asegurando que no contamine el medio ambiente a través de derrames de petróleo o gases de escape, y es relativamente silencioso, evitando la contaminación acústica. Produce cero emisiones de carbono y el dispositivo se mueve muy lentamente, lo que permite que los peces y las aves se alejen cuando se acerca demasiado.
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