La regeneración completa del corazón adulto después de una lesión es una característica exclusiva de un número limitado de especies, incluidos vertebrados como el pez cebra y la salamandra, explican los científicos. En el caso del pez cebra se produce un proceso de regeneración sin cicatrices, con el tejido de la herida completamente reemplazado por un nuevo músculo cardíaco funcional. La identificación de los mecanismos fundamentales que impulsan la regeneración natural del corazón en los peces podría llevar al desarrollo de estrategias para curar el corazón humano después de una lesión.
Sin embargo, hasta la fecha, la investigación sobre la regeneración del corazón de los peces todavía no ha conducido a avances significativos en la búsqueda de terapias que logren la regeneración del corazón humano. Y una de las razones es que es difícil identificar nuevos genes que regulen puramente la regeneración del corazón versus la cicatrización al comparar directamente diferentes especies con fisiologías divergentes.
Por ello, con la especie Astyanax mexicanus, este problema se resuelve ya que es una especie de pez que comprende poblaciones de cuevas y de superficie ambas de fácil mantenimiento en el laboratorio de manera que permiten analizar la diferente respuesta de cicatrización y regenerativa dentro de una especie y brinda la oportunidad de vincular la capacidad de regeneración del corazón directamente con el genoma mediante el análisis genético avanzado.
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