Hace unos días os presentamos el vaso fabricado con algas que se puede comer y con el que un joven de 18 años quiere reducir el impacto de los plásticos en el medio marino pero este loable objetivo se extiende también a las bolsas de plástico que son un problema global.
Se calcula que en torno 1.000 millones de bolsas de plástico se utilizan anualmente en el mundo y solo se reciclan menos del 5 %. El resto tiene una alta probabilidad de terminar flotando en los océanos.
Y si el joven de 18 años Jerónimo Batista Bucher, ha diseñado el vaso elaborado de algas y comestible, la a profesora de ingeniería de materiales Nicola Everitt, de la Universidad de Nottingham, en el Reino Unido, cree que podría tener la solución a las bolsas de plástico y esta solución también procede del mar: las conchas de camarón.
La investigadora ha trabajado en transformar estas cáscaras en plástico biodegradable. Según explica "se me ocurrió que podríamos usar quitosano extraído de las cáscaras de camarón y hacer envases biodegradables" y para ello las cáscaras se hierven en ácido para disolver el carbonato de calcio (el componente que hace las carcasas quebradizas), posteriormente se extraen las moléculas de la proteína hirviendo la sustancia en alcalino y el resto, el aceite, es la base del plástico. ¡Voilá!
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