viernes, 3 de noviembre de 2023

La barca sin pescador

“¿Callarme yo? ¿Estarme quieta yo? No, hija; ya habrá tiempo cuando tenga encima dos varas de tierra. (Saliendo hacia la cocina). ¡Ay, si pudiera una cantar y volar al mismo tiempo, como los pájaros y las campanas!” ~ La barca sin pescador de Alejandro Casona.Ricardo es un acaudalado empresario que se mueve en Bolsa como pez en el agua. Sin embargo, no vive ajeno a las traiciones y una maniobra de sus más allegados deriva en que la situación de su empresa quede casi en las manos de la competencia. Llega, entonces, un personaje que le propone un trato para resolver todos sus problemas a cambio de que él desee que un hombre, al otro lado del mundo, Peter, un pescador, muera. Y Ricardo, que cree que la distancia ayuda, así lo desea.

Pasan los años y el peso de la conciencia, alentada por el grito de una mujer que Ricardo escuchó cuando el Peter moría, le puede, así que decide viajar a donde aquel hombre vivía. Allí conoce a Estela, la mujer que Peter dejó viuda, y a la Abuela que vive con ella y con la pena y el vacío que la muerte de Peter dejó en su casa.

Me ha encantado. Simple y llanamente. Una obra de teatro en tres actos que nos pone ante la diatriba de ¿hasta dónde llegaríamos para resolver los problemas que más tenemos?, ¿seríamos capaces de matar si no supiésemos las consecuencias de nuestros actos? Evidentemente está claro que el ser humano es capaz de hacerlo. No hay más que pensar en el famoso “botón rojo” que la liaría parda en caso de pulsarse pero, ¿sería tan fácil de pulsar si por nuestros ojos pasasen las imágenes reales de sus consecuencias? Un libro que recomiendo totalmente, que se lee con una facilidad pasmosa –no parece que estés leyendo teatro– y que tiene un personaje, la Abuela, que vale un potosí conocer.


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