martes, 5 de diciembre de 2017

Miami: lejos

Difícil imaginar otro lugar en donde pudiese darse el desarrollo de una idea como la que nos presentan desde Arkup. Para el éxito, en este tipo de iniciativas, es necesario que se conjuguen diferentes factores: tecnología punta, imaginación sin autocensura, leyes flexibles y clientes con mucha pasta... muchísima pasta.

Son conocidos el gusto por el lujo y las excentricidades de la parte privilegiada de la población de Miami. Ellos serán un buen laboratorio para ver como esta nueva forma de yate/casa o isla privada móvil se apodera de las mejores calas de la costa a razón de 2,5 o 3 millones de $ por vivienda.

Me cuesta, todavía, imaginármelas por nuestras longitudes debido a las restricciones legislativas: permisos de costas, medioambientales, etc. También, porque el amante del mar suele buscar en él la soledad de la navegación y el horizonte infinito, y no la aglomeración de un barrio de lujo sobre pilares, con pandillas de botellón bebiendo a morro Chivas de 21 años, pilotando una lancha sin rumbo entre las casas


Es innegable que, desde el punto de vista visual, es un proyecto impactante; pero me temo que la motivación de sus clientes tendrá más que ver con la exclusividad que con el amor a la mar.





No hay comentarios:

Publicar un comentario