Soltar amarras

Foto: Santiago Baz Lomba

Volvemos. Tras más de nueve meses en dique seco, volvemos. Retomamos el blog. Han sido nueve meses de tempestades en tierra que hemos afrontado de la mejor manera posible. Ahora toca de nuevo zarpar, mirar hacia el horizonte, volver a analizar el estado de la mar y buscar refugio en lo que más nos gusta: el mar, la escritura y el rock and roll.

Volvemos. Y volver significa hacerlo con todo el equipo sin dejar nada atrás. Volvemos ahora, ¿y por qué no antes? Quizá porque no sentíamos que era el momento y ahora sí. No está la mar aún en calma, ni se avecina una buena temporada de pesca pero ya sabéis lo que dice el refrán: "ningún mar en calma hizo experto a un marinero" y ahí nos lanzamos, como se lanzó Santiago en la novela de Hemingway, a luchar contra los elementos, a buscar ese ejemplar que demostrase que aún podía. Y podemos.

De momento tenemos al patrón inmerso en ese maravilloso proyecto que es la Asociación Piueiro. Estos días los hemos visto en las redes sociales disfrutando, enseñando a los niños a convertirse en pequeños marineros. ¡Muy buena labor por cierto! Si queremos respeto por el mar, por el ecosistema, por la naturaleza, esa es la mejor forma de conseguirlo. No se consigue desde los despachos, ni a gritos desde tierra adentro. Hay que mojarse los pies. Y como veis en las fotos, ellos lo están haciendo.


Foto: Santiago Baz Lomba


Foto: Santiago Baz Lomba


Foto: Santiago Baz Lomba

Esta reflexión me lleva de nuevo a El viejo y el mar; y a Santiago y a su lucha con aquel maravilloso pez espada que supo darle la batalla, convertirse en un luchador honesto en una pelea en la que uno de los dos no iba a salir con vida. Una lucha a vida o muerte con honra. Cómo deben de ser las batallas. Y en esta del respeto por el mar, los "piueiros" se lo están currando, ¡para qué vamos a mentir!

Con esta ida de olla volvemos. Zarpamos. A saber qué nos espera en esta marea, querido patrón, de momento pinta bien. ¡Muy bien!

A los que nos habéis seguido leyendo en estos meses de dique seco, ¡gracias por seguir ahí!